Ai Weiwei : Arte y Activismo

Ai Weiwei

La obra de Ai Weiwei ha estado marcada por la cárcel, la censura y el destierro, hechos que vive desde su infancia, reconociendo que su lucha por los derechos humanos es impuesta por su biografía. Ai Weiwei es el creador chino con más proyección dentro y fuera de su país, su arte se transforma en una visión crítica en el que integra lo conceptual, lo tradicional, lo simbólico, lo religioso, lo social y lo económico, desafiando continuamente a la autoridad con sus piezas.

Él afirma que «la libertad conlleva el derecho de cuestionarlo todo», que un artista debe ser activista y que tiene una responsabilidad, no necesariamente en las calles, sino a través de su lenguaje artístico, ya que el arte ayuda a comprender la situación humana y es la única forma de acercar la democracia para China, aunque hacerlo sea complicado.

Ai Weiwei nació en 1957 en Pekín, su padre era un gran poeta del siglo XX, Ai Qing, el cual fue acusado de intelectual derechista por el régimen y esto los llevó al destierro al oeste del país. En esos años de destierro pasaron momentos muy duros, los cuales marcaron la vida del joven artista.

Debido a su inconformidad con el régimen y la situación en su país, en la década de los ochenta se fue a Estados Unidos. Empezó en trabajos precarios y se familiarizó con el mundo cultural de Nueva York. Estudió en la Escuela de Diseño Parsons y en la Arts Students League, donde descubrió corrientes y artistas que le marcaron, como el arte conceptual, el minimalismo, el pop art o a Marcel Duchamp, el cual le influyó notablemente. Pero, en 1993, la enfermedad de su padre le hizo regresar a Pekín, donde estableció el grupo de artistas conocidos como East Village.

Sus primeras obras datan de 1995 y ya tenían el objetivo de desmontar el orden, las tradiciones y generar controversia. Compró cinco años antes, en 1990, un lote de piezas de la Dinastía Han (datadas entre el 202 a.C. y el 220 d.C.) las cuales utilizó para crear obras propias, destacando la serie fotográfica Dejando caer una urna de la Dinastía Han realizada en 1995, en las que se ve artista vestido con indumentaria tradicional mientras deja caer y rompe una de estas piezas, donde se plasma el concepto de que «para crear algo nuevo hay que olvidar el pasado», siendo una de sus obras más famosas, que tiene hasta una versión hecha con piezas de Lego.

También cuenta con numerosos jarrones de ese lote pintados, con la finalidad de convertir lo antiguo en contemporáneo, donde destaca uno de ellos con la palabra Coca-Cola. Lo importante para él es el hecho de que la mayoría se indignará por lo realizado con esas antigüedades, pero, sin embargo, pasan por alto la destrucción que se sucede en el mundo a diario, incluso por parte del Gobierno chino.

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Dejando caer una urna de la Dinastía Han (1995).
Vasija de la Dinastía Han con logo de Coca Cola (1995).

Otra de sus obras por las que es mundialmente conocido es la serie de imágenes Estudio de Perspectiva, hechas a lo largo de un amplio periodo de años, entre 1995 y 2017. En ellas se muestra el artista alzando su dedo corazón contra diferentes lugares del mundo, en su mayoría referencias icónicas de los países. La primera fue a la plaza de Tiananmén de Beijing, donde cientos de manifestantes desarmados fueron asesinados durante las protestas del movimiento democrático de 1989, censurada en China. Completan la obra más fotografías por el resto de su país y del mundo (La Torre Eiffel, la Casa Blanca, el Parlamento de Berlín, la Sagrada Familia y hasta el Valle de los Caídos), alcanzando la fama tras publicarlas el mismo en su blog. El gesto confronta a su espectador con una declaración de oposición política, incita a la reflexión y a la conciencia de los derechos fundamentales.

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Estudio de Perspectiva (1995-2017).

En 2008, después que ocurriera un devastador terremoto en la provincia china de Sichuan que costó la vida de 70.000 personas, el artista con su equipo fue a grabar y estudiar los desperfectos de la zona. Debido a la poca claridad de los nombres de los estudiantes fallecidos y la dudosa calidad de la construcción de sus escuelas, se puso en marcha una investigación para descubrir información sobre los mismos, alcanzando al año siguiente en su blog casi 5.500 nombres, los cuales fueron colgados en la pared de su oficina de FAKE Design en Pekín. Este hecho le supuso una agresión policial, por ello huyó a Múnich, donde fue operado de urgencia por una hemorragia cerebral.

Con motivo de estas 70.000 víctimas, y en concreto por los estudiantes fallecidos en las escuelas, creó una instalación llamada Remembering en el año 2009, ubicada en la fachada del Haus der Kunst (Casa del arte) de Múnich compuesta por nueve mil mochilas de diversos colores que formaban la frase «Ella vivió felizmente en esta tierra siete años», pronunciada por los padres de una niña fallecida en el terremoto.

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Remembering (2009).

En 2010 realizó una de sus exposiciones más famosas, creada para el Salón de Turbinas de la Tate Modern de Londres, llamada Semillas de girasol. La pieza, a lo largo de cinco años, ha sido exhibida en doce exposiciones en museos y galerías de todo el mundo, incluida una en nuestro país, en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla. Esta exposición está compuesta por más de cien millones de semillas de porcelana que cubren una superficie de mil metros cuadrados y diez centímetros de profundidad, pesando unas ciento cincuenta toneladas. Cada semilla se elaboró en treinta pasos y requirió cerca de dos mil trabajadores durante dos años y medio en la conocida «capital de la porcelana», Jingdezhen, en un proyecto que fusiona lo tradicional y lo contemporáneo. Levantó polémica este hecho, ya que de promedio cada trabajador produjo unas 60.000 semillas, mientras que el artista apenas contribuyó a su elaboración, centrándose más bien en la supervisión.

En cuanto a su significado, es una crítica sobre las técnicas de producción en masa de China con la que se abastece a los países occidentales y a su inmensidad como país, donde sus millones de compatriotas son percibidos como una masa productiva y no como un conjunto de individualidades. Además, las semillas de girasol han sido siempre un tema común en la propaganda política del Partido Comunista Chino, simbolizan conformidad y censura, y éstas representan al pueblo chino de pie derrocando al partido político. Por último, estas semillas se compartían como regalo y expresan optimismo en tiempos difíciles entre las familias más pobres del país.

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Ai Weiwei en el Salón de las Turbinas de Tate Modern, Londres inaugurando Semillas de Girasol (2010).

Después de más de una década de producción, en 2011 fue detenido por el gobierno y arrestado con paradero desconocido durante más de 80 días. Este suceso provocó protestas de diferentes ONGs, como Amnistía Internacional, diversos gobiernos, ámbitos culturales y sociales de todo el mundo. Algunas instituciones enviaron mensajes para su liberación como la Tate Modern desde su fachada. Fue liberado en 2015 y, aunque no podía salir del país, esto no le impidió seguir exponiendo por el mundo. Tras recuperar su pasaporte se trasladó a Berlín a vivir.

Una de sus exposiciones realizadas durante este periodo sin pasaporte fue S.A.C.R.E.D. y fue presentada en la Bienal de Venecia de 2013. Se compone de seis cajas de hierro, por las cuales, a través de aberturas en las fachadas de metal, los visitantes podían asomarse al interior y ver dioramas hiperrealistas en miniatura que recrean con todo detalle su encarcelamiento, viéndose tres figuras de fibra de vidrio, ya que estuvo acompañado permanentemente de dos guardias. En esta obra reflexiona sobre su tiempo de detención, mostrando escenas cotidianas que generan sensación de claustrofobia y opresión, además de pérdida de dignidad y humillación al anular su privacidad. Esta exposición obliga al espectador a interactuar con la obra, generándole incomodidad, al ser un mero observador pasivo mientras contempla el problema desde la distancia (como ver la televisión desde casa) pero acerca las injusticias e impulsa al espectador a posicionarse críticamente.

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Interior de un diorama de la Exposición S.A.C.R.E.D. (2011-2013).
Exterior de los dioramas de la exposición en la iglesia de Sant’Antonin, Venecia (2013).

Con la exposición @LARGE en los años 2014 y 2015, de nuevo, desafió la distinción entre arte y activismo. Situada en Alcatraz, el artista hace lo contrario a lo que los presos intentaron hacer hasta su cierre en 1963: se coló dentro de la fortaleza de máxima seguridad. Llevó a cabo la exposición y el montaje gracias a la comisaria y a los miembros de su estudio, al no tener él permitido salir de China, adentrándose mediante su obra en un espacio del que todos quieren salir y sin poner un pie en ella. No era para todos los públicos, estaba pensada para mentes curiosas, ya que su objetivo era que comprendieran que el «propósito del arte es la lucha por la libertad», y para ello toma la cárcel como metáfora, donde se recorrían dentro más de cinco kilómetros y la sensación de inmersión se mantenía incluso después de salir.

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Interior de la Exposición @LARGE en la Prisión Federal de Alcatraz (2014-2015).

A lo largo de su carrera y hasta la actualidad realizará más exposiciones e instalaciones relacionadas con el activismo y en concreto sobre la migración de los refugiados, como una instalación para la gala benéfica Cinema for peace (Sala de conciertos de Berlín, 2016) con catorce mil chalecos salvavidas o La ley del viaje (Galería Nacional de Praga, 2017) con una patera de setenta metros simulando ahogamientos en el mar.

La trayectoria artística de Ai Weiwei es multidisciplinar. A parte de sus obras e instalaciones, destaca en campos tan diversos como la arquitectura, el cine, la música y la literatura, entre otros.

En su faceta artística como arquitecto, aunque sus «obras» arquitectónicas siempre han sido realizadas en colaboración con estudios de arquitectura, destaca el Jinhua Architecture Park (Jihua, Zheijan, 2002), un parque arquitectónico de diecisiete pabellones proyectados por arquitectos chinos e internacionales entre los que se encuentra Archaeological Archives, el pabellón de Ai Weiwei. Junto con HHF Architects diseñó Tsai Residence (Nueva York, 2006), una vivienda compuesta de módulos de madera cubiertos por paneles metálicos que condicionan la morfología interior y que combinan perfectamente con la naturaleza circundante.

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Archaeological Archives, Jinhua Architecture Park (2002).
Tsai Residence, Nueva York, 2006.

En 2008 colaboró con el estudio suizo Herzog & de Meuron en el diseño del famoso Estadio Nacional de Pekín, sede principal de los JJOO Pekín 2008, y célebre por su estructura de «nido de pájaro» donde combina perfiles de acero y nuevas tecnologías convirtiéndose en un escaparate de la arquitectura china del momento.

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Estadio Nacional, Pekín, 2008.

Finalmente, ese mismo año, también en colaboración con el mismo estudio, Ai Weiwei puso en marcha el proyecto Ordos 100, aún inconcluso, el cual consiste en la participación de cien arquitectos de veintisiete países que debían diseñar una vivienda en un terreno de mil metros cuadrados en Mongolia, recogiendo sus experiencias en el documental Ordos 100 (2012).

También conocida e incluso galardonada es su faceta relacionada con la industria audiovisual, en la que dirige, crea y protagoniza documentales, consolidando su figura de artista político. Algunos de sus documentales más destacados son Never sorry (2012) y The fake case (2013), los cuales tratan de la vida del propio artista y abarcan temas como su falso caso fiscal impuesto por el gobierno, su detención sin explicaciones y su arresto domiciliario, desdibujando los límites entre el arte y la política, con sus ambiciosas y provocadoras obras, sobre todo en su país natal, China.

En el ámbito de sus documentales plenamente activistas, cabe mencionar Human Flow (Marea humana) (2017) y The Rest (Los restos) (2019), tratan la crisis de refugiados de todo el mundo, que afectó a más de sesenta y cinco millones de personas, siendo el mayor desplazamiento humano desde la Segunda Guerra Mundial. Fueron rodados en el transcurso de varios años por numerosos países, creando un vínculo emocional con la intención de transformar la sociedad.

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Portadas de documentales y fotografías de los rodajes (2012-2019).

La obra de Ai Weiwei también ha sido reconocida y difundida en varias exposiciones en España, de las que destacan al menos tres: Ai Weiwei: resistencia y tradición (Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Sevilla, 2013). Fue la primera muestra del artista chino en nuestro país. La exposición reflejó la trayectoria artística desde el punto de vista del arte mínimal y conceptual unido a su papel como activista político y crítico contra el régimen de Pekín, sintetizando la tradición oriental pervertida por el capitalismo y la estética occidental. En ella destacó la instalación de sus famosas pipas de girasol, la gran lámpara roja (como metáfora del régimen chino) e incluso recursos fotográficos, audiovisuales, tuits, o partes de su blog censurado por China.

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Exposición Resistencia y Tradición, Sevilla (2013).

Otra de ellas fue On the table: Ai Weiwei (Centre de la Imatge La Virreina, Barcelona, 2014-2015), centrada en la doble trayectoria artista-activista de Ai Weiwei desde sus comienzos, en los años ochenta en Nueva York, hasta hoy, donde presentó sus obras en una variedad de formatos y mostró sus principales críticas y reivindicaciones.

Finalmente La poética de la libertad (Catedral de Cuenca, 2016). Realmente fueron tres exposiciones en una con un mismo denominador común: la relación que los artistas expuestos guardaban con el célebre escritor castellano Miguel de Cervantes, en conmemoración del Año Cervantino. Concretamente, el vínculo entre el artista chino y el escritor fue la privación de libertad que ambos sufrieron y cómo tras esa experiencia cambiaron sus obras: Cervantes fue exiliado cinco años en Argel y Ai Weiwei 81 días en una celda en China, exponiendo aquí la obra S.A.C.R.E.D. mencionada anteriormente.

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Cartel de la Exposición La poética de la libertad, Cuenca (2016).

En definitiva, política y arte son indiscernibles en la producción de Ai Weiwei, cuya temática de sus obras es la propia realidad, desde una óptica de los más oprimidos social y políticamente, con una viralización en las redes. Su arte no sólo ayuda a comprender la situación actual, también la anuncia y denuncia para, con ello, dar esperanza a la gente.



Imagen superior: Ai Weiwei. Fuente: https://docsbarcelona.com/es/perfiles/ai-weiwei



Irene Hernández Batista
Marta Gabas Conde
Fermín Araiz Arana



Colaboradores de Revista Kalós