Muchas veces creo que lo que configura el «cómo somos» se determina fundamentalmente por el «cómo contamos las cosas». La forma de contar una historia es indudablemente más potente que la historia en sí misma, es el factor fundamental por el que nos enamoramos de determinados relatos o de cuentos que traspasan nuestra imaginación.
Ahora me perdonaréis este breve párrafo anterior de digresión, pero creía que era la mejor manera para empezar a hablar de ORA el álbum recientemente lanzado por Gustavo Giménez. Este proyecto en solitario y autoproducido es, sin lugar a dudas, una de las creaciones musicales más imprevisibles del panorama musical aragonés, no por la historia que nos narra, sino por el cómo nos la narra.
El academicismo y la comercialidad musical se rompen cada vez que se reproduce ORA, dejando paso a una música que parece resurgir con un alma propia desde las entrañas de una memoria ancestral y retenida en alguna parte de nuestro cerebro.
Este proyecto nace a raíz de varios directos del músico y performer Gustavo Giménez, desde que en 2014 le encargan la realización de un espectáculo para el festival Arte, baracche, musica e lanterne de Milán. Tras este germen del proyecto hace cuatro años, ORA se ha enriquecido gracias a la trayectoria de Gustavo Giménez en espacios sonoros de danza y teatro. Según el propio autor:
Pude hacerlo porque todo formaba parte de la misma idea. El disco es solamente una faceta de ese concepto que llamo ORA y que no es otra cosa que una investigación solitaria, personal y profunda sobre la voz. Desde entonces todo lo que hago, sea por cuenta propia o ajena, gira en torno a esta idea y contribuye a mi búsqueda”.
En este LP, Gustavo Giménez manifiesta claramente su interés por la voz en las culturas orales y el folklore. Para ello, nos confiesa que se ha basado principalmente en el archivo etnomusicológico Lomax y en otros similares menos conocidos, buscando e investigando perspectivas musicales diferentes en la voz y en el hecho musical. Pero a su vez, pone el acento en las voces de nuestro mundo más inmediato o incluso llega más allá y se olvida de prestar atención a la voz para trabajarla, buscando referencias que sobrepasan la propia música.
El resultado final ha sido una producción sencilla y muy personal. Todas las voces han sido grabadas por Gustavo Giménez, interviniendo Rafa Domínguez en la mezcla y Alex Psaroudakis en las masterización.
Aunque una vez más, volvemos a repetir que una producción sencilla no es sinónimo de una obra sencilla, sino que en este caso, se manifiesta como un álbum complejo y con ricos matices. Una huida del mundo discográfico que el autor de esta obra nos ha manifestado, prefiriendo mantenerse en un mundo marginal y puro a un mundo comercial y corrompido:
La industria discográfica, como colonialismo del imperio, es en gran parte responsable de este genocidio cultural”.
ORA es un trabajo que merece ser escuchado atenta y tranquilamente. Es sin duda un viaje a un abismo inquietante, profundo y sugerente, y como en todos los viajes, las prisas no son buenas. Sin duda alguna es una obra poco habitual, en la que se refleja la larga búsqueda y experimentación del autor hacia un mundo poco transitado.
Y más allá del álbum, las acciones y performances de Gustavo Giménez son la mejor forma de apreciar por completo este trabajo. Es el directo de este músico una de las experiencias musicales más atractivas e interesantes de su trabajo.
Hacerse con una copia de ORA es difícil ya que su creador ha preferido darle una distribución discreta, pero os desvelamos que se puede conseguir en la librería La Pantera Rossa, en Antígona, en Cálamo, en Portadores de Sueños, en los bares Vinagre&Rock y Entalto y, por supuesto, en Discos Linacero. Pero también se puede conseguir a través de Bandcamp o contactando con Gustavo Giménez.
Imagen superior: Portada del álbum. Fotografía de Carlos Colás y diseño de Ana Mota en Ana Maketa.