Hablamos con Héctor Pérez

Héctor Pérez

Hablamos con Héctor Pérez (1993), cantante zaragozano que se ha trasladado a Madrid donde ha encandilado a su público con su voz suave y tiernas letras. Canta, toca la guitarra y el piano, y parece que no le ha faltado decisión a la hora de apostar por su carrera musical.

¿Cómo empezaste en la música?

En segundo de primaria mi madre me sugirió que me apuntase a clases de guitarra. Me pareció buena idea, vi que tenía cierta facilidad y me empezó a gustar. Luego empecé a componer mis propios temas, con 11 o 12 años, y luego pasé por algún grupillo. Tenía un grupo de rock en el que era guitarrista. No empecé a cantar hasta hace poco tiempo. La cantante se puso mala, canté por ella y me gustó. A partir de ahí asumí el rol de cantante. A mí me gusta la música en general, desde rock a música pop, y también tenía mis propias composiciones más pop, más románticas, así que decidí tomar ese camino en solitario y así empezó todo.

Empecé tocando por Zaragoza en salitas pequeñas y, una vez que tenía un colchoncito de público, necesitaba subir un escalón más, que por aquel entonces era grabar un disco. A lo mejor hoy no lo hubiese hecho así, más que nada porque eso de grabar un disco entero hoy está en desuso. Empecé a mirar en Madrid sellos discográficos que me pudiesen ayudar con la financiación del disco hacia 2013, que es justo cuando estaban los años de la crisis, y el sector de la música ya no ficha a no ser que sea un artista que tiene a su público bien hecho. Entendí que me lo tendría que financiar yo mismo. Con la ayuda de mis padres encontré un buen estudio, porque yo compongo, toco la guitarra y canto, pero necesitaba darle forma y el resto de músicos. Encontré un productor que me interesó mucho que se llama Fran García de Rivera, que tiene un estudio en Parla.

Me fui a Madrid, le llevé mis maquetas y a los dos días me llamó y me dijo que le había gustado. Entramos a grabar el disco Billetes de ida y vuelta, entre la navidad de 2013 hasta principios de año de 2014. Él antes trabajaba para Sony y me interesaban mucho los contactos que me podía dar. Me dijo que me traería músicos acordes al proyecto y cuando fui al día siguiente vi que estaban músicos de Raphael, Miguel Bosé, Luz Casal… que además los conocía de ver DVDs… fue una sorpresa. Además aprendí mucho, tanto de música como de trato humano, porque esa gente que está tocando un día en un estadio delante de miles de personas y al día siguiente estén en un estudio con un chaval que está empezando también te dice mucho de su valor humano. Así que grabamos el disco y de forma independiente me informé de cómo era el proceso de sacar un disco al mercado, pasé por todos los pasos, que también se lo recomiendo a todo el mundo para saber cómo funciona. Lo subimos a todas las plataformas digitales, también sacamos una tirada física que ya se ha acabado, y… hasta aquí. Así fue como empecé a planteármelo como algo profesional, porque antes estudiaba periodismo, pero en un momento me hizo click y me enfoqué en dedicarme a esto.

¿Y qué te dijo tu familia?

Siempre me ha apoyado mucho pero tenían una frase: “mientras acabes los estudios, te apoyaremos en lo que haga falta”. Y yo cumplí mi palabra, terminé periodismo y me fui a Madrid con la excusa de estudiar un máster en marketing digital. Y la verdad es que que te apoye tu familia en un mundo tan difícil lo valoro mucho.

¿Has recibido clases de canto?

Hasta este año nunca he recibido clases de canto. Dio la casualidad de que conocí a Alfonso Pérez, que es un productor increíble, de los mejores de este país – es el pianista de Alejandro Sanz y David Bisbal. Me dijo que quería grabar conmigo, que le gustaban mis temas, pero me dijo que necesitaba que tomase clases de canto porque decía que tengo potencial pero no sabía manejarlo. Necesitaba a alguien que entrase al estudio y que sepa justamente dar lo que necesitaba en cuanto a rendimiento. Ahora doy clases de canto con Alicia Araque, que es increíble, y noto mucho la diferencia.

¿Tuviste inicios en YouTube o grabaste directamente el disco?

Fui directamente a grabar el disco. No creía mucho en el fenómeno de YouTube y sigo teniendo mis reservas, es decir, está bien tener un escaparate como ese, pero solo tomé conciencia de lo importante que era a raíz del disco, que fue el momento en el que decidí también que me lo quería tomar como un trabajo.

Me interesé más por otras redes, que me parecía que me daban un contacto más directo con el público.

¿Fue fácil contactar con las discográficas?

Contacté con pequeños sellos que sabía que habían llevado en sus inicios a artistas que me interesaban. Fue fácil, pero igual de fácil fue su respuesta de “ahora mismo no disponemos de poder económico para apoyar ningún proyecto, no es como antes”.

Ahí iba, ahora parece que no hay mucha producción…

Depende del género. Tengo muchos amigos que les gusta el rap y ahí, por ejemplo, ser independiente y tener éxito es más fácil que la música pop a nivel radiofónico, que es a lo que me oriento y lo que me gusta. En mi caso es muy importante tener el respaldo de una compañía que además confíe en tu proyecto. Muchas veces firman y estás parado en un cajón.

La primera vez que te vi cantar estabas en un grupo de rock y ahora tienes un estilo totalmente distinto. ¿Tu cambio de estilo se debe a algo personal o por esa intención radiofónica que comentabas?

Creo que en la música todo son etapas, aunque sigo escuchando rock, heavy… y me encanta. Fue un cambio gradual: tenía claro que me quería dedicar a la música y se lo comenté al grupo con el que estaba. Les plantee redoblar los esfuerzos y salir de Zaragoza, que nunca lo hicimos. El problema es que había uno que quería ser ingeniero, otro otra cosa… y vi que lo que quería hacer no coincidía con eso. Dejé el grupo, estuve un tiempo pensando qué podía hacer yo solo y me acordé de que tenía mis canciones de un género más pop, más suave, y decidí probar con eso. Pude conseguir un público, que además es diferente del del mundo del rock, pero encontré mi capacidad ahí de expresarme como me gusta.

¿En qué notas esa diferencia entre públicos?

Lo noto en los matices. Como consumidor de ambos géneros me fijo más en detalles en la música pop porque es más fácil apreciarlos, por ejemplo la producción. Sin embargo con la música rock no me fijo tanto en esos detalles, es más cómo me hace sentir. En los conciertos de rock voy a pasármelo bien, a dar botes y en los de pop los ritmos son diferentes, y eso se nota.

La mayoría de tus canciones están en segunda persona. ¿Piensas en alguien en concreto?

Me gusta escribir sobre experiencias personales, porque además a la hora de cantarlas las vives más. No es lo mismo que te manden escribir un tema que escribir sobre tus propias vivencias. Pero además una cosa que me interesa mucho de la música es la capacidad de que una canción sea de todos, es decir, que tú la escuchas y lo llevas a tu terreno, parece que te lo esté contando a ti. Así consigues que el público empatice y las haga suyas. También me gustan las canciones que cuentan historias, pero prefiero dirigirme a alguien.

Háblanos sobre la gira que hiciste con tu disco.

Fue muy guay, tuvo momentos muy buenos y muy malos. Fue todo autogestionado. Me hice un Excel donde tenía las salas principales de cada ciudad; llamé una por una presentándome e informándome de las condiciones. Aprendí mucho, y me enseñó a valorar el trabajo de las personas que se dedican al management. No contaba con ninguna promoción ni respaldo, solo me acompañaba mi padre con el coche. Además tocaba en acústico, sin nadie más, mientras que ahora según el tamaño de la sala tengo mis músicos.

Fue una experiencia muy buena porque me encontré con conciertos como el de Barcelona, donde se agotaron las entradas, y experiencias muy duras como en Sevilla, donde había dos personas, y tienes que hacer el concierto igual. Sin embargo, me ayudó mucho leer entrevistas de músicos reputados a los que también les había pasado, y así poder ver que eso no significa que el día de mañana no puedas estar en un estadio. Te ayuda a valorar a cada una de las personas que van a un concierto y decidan pagar una entrada para verte. Aprendí mucho.

Antes has comentado que ya no sacarías un disco. ¿Hacia dónde te estás enfocando?

Ahora estoy negociando con alguna compañía para sacar canciones nuevas, pero ahora el mundo de la música va más por temas sueltos, por singles. A no ser que seas Alejandro Sanz o Pablo Alborán, que pueden sacar un disco top de ventas, resulta más rentable y más gratificante ir sacando canciones sueltas, que permite a la gente digerirlo mejor. Es más fácil escuchar una canción suelta de alguien que no conoces a un disco entero.

¿Has pensado en colaborar con algún músico local?

Me encantaría. Además de que las colaboraciones son divertidas, te descubren un montón de gente. Se podría plantear la colaboración cuando tengamos el proyecto más definido.

Hace un tiempo entrevistamos a Jesús Viñas y dijo que en Aragón la música se promociona fatal para gran calidad que hay (él veía que en cada género había un grupo aragonés que destaca, como Amaral, Violadores del Verso o Héroes del Silencio). ¿Qué crees que podría poner remedio a esto o proteja más nuestra música?

El primer paso es apreciar el arte. En Zaragoza pones un precio de entrada de 5€, que es lo que cuesta una copa, y la gente ya no quiere pagar. Eso me parece muy grave, y hacer que se valore es la primera forma de reivindicarse. Cuando tenía el grupo de rock nunca cobramos entrada porque asumimos que la gente no lo iba a pagar. Sin embargo, si vas a un concierto de un grupo que te gusta a nivel nacional que cuesta 10€ lo pagas. Creo que todo empieza desde el público, aprender a valorar lo que se ofrece.

Para concluir, ¿cómo ves el panorama cultural en Aragón?

Creo que hay artistas buenísimos, como siempre, y en todos los géneros. Somos una comunidad muy rica y tenemos muchísimo que aportar. El problema, y esto es personal, es que hay ciertos estilos que tienen más facilidad que otros, sobre todo desde determinadas plataformas. En los Premios de la Música Aragonesa, el público puede presentar candidatos y el jurado los nomina. El año que saqué el disco hubo bastante público que presentó mi disco, y yo pensé que tenía bastantes posibilidades, sobre todo por los músicos que participaron en la grabación, por el trabajo tan fuerte que hubo detrás y por el desplazamiento que requirió ir a Madrid. El disco no llegó a estar entre los nominados. Hay músicos míos que tocan aparte en grupos de rock y tienen mucha facilidad para acceder a esas esferas, pero el pop no tiene tanto sitio. En cambio el público sí que me ha apoyado y me ha dado un espacio, conseguimos llenar la sala de Las Armas. Me gustaría que todo tipo de música tuviera cabida, no sólo la que le guste a los dueños de esas plataformas. Así se reivindicaría todo el arte que hay, que además hay muchísima gente muy buena.

Imagen superior: Héctor Pérez.

 

Ana Muñoz Pico

Redactora de la Revista Kalós