Hace unas semanas el ministerio anunció que iba a desarrollar un plan de desarrollo de públicos, es decir, por fin desde Cultura se propone algo que se debía haber realizado hace ya mucho tiempo.
La situación que viven muchos de nuestros museos es, entre otros adjetivos, peligrosa. En Zaragoza por ejemplo, nos asustamos hace días con la noticia de que la Escuela Museo Origami, único y atractivo museo donde los haya, no descarta tener que echarse a un lado y cerrar.
¿Qué es esto de los públicos?
Parte de esta situación generalizada deriva, -más allá del eterno debate sobre si existen o no demasiados museos en nuestro país- de problemas y ausencias en la gestión museística. Los ejemplos de gestión de políticas de públicos en España se cuentan prácticamente con los dedos de una mano, o de un pie. Según gustos. Las revistas especializadas vienen subrayando desde hace décadas lo esporádico y no habitual de estas prácticas durante los 80 y 90.
Siempre se ha hecho, y todas y todos conocemos ejemplos cercanos. Plantamos un museo, inauguración de turno y abandono. Pero no sólo eso, la puerta se abría y desde dentro se esperaba a que la ciudadanía lo visitase. Porque sí. Apenas se ha preguntado al público de estos equipamientos sobre sus intereses u opiniones y cuando con suerte sí que se ha hecho las respuestas no han tenido consecuencias ni posteriores aplicaciones.
La importancia de la realización de estudios de público
Seguro que os suena, «Los museos están al servicio de la sociedad y de su desarrollo». ¿Es cierto? Deberíamos evaluar la calidad de la relación del museo con sus visitantes para llegar a una respuesta. Más allá de abrir nuevos museos, las políticas culturales deben de preocuparse por consolidar los ya existentes y dotarlos de herramientas para que la afirmación de hace unas líneas atrás pueda serlo.
La Evaluación de la calidad del Servicio en los museos de titularidad estatal, señala importantes carencias: 1) Inexistencia de autoevaluaciones para realizar diagnósticos y mejoras en la organización, 2) Escasa capacidad de captación de nuevos visitantes. Es decir, no son atractivos, 3) Limitada eficacia en la difusión de actividades. Se comunica rápido y mal, y 4) Se cuestiona el papel real de los museos como instituciones culturales de referencia.
Lo que es lo mismo que decir que generalmente en los museos no se hacen tareas de conservación, enriquecimiento, incremento e investigación de públicos. ¿Cómo van a estar entonces orientados a la sociedad? Se debe conocer al público para así conservarlo, programando en función de sus intereses o necesidades. También investigarlo, conocerlo para poder adecuar el museo a sus necesidades y por supuesto trabajar en el incremento y enriquecimiento en su formación cultural comunicando de forma adecuada y efectiva sus contenidos.
La ayuda del marketing y las redes sociales
Todas ellas ayudan de un modo u otro a aumentar el acceso a los museos y abrirlos a los nuevos públicos creando colecciones más accesibles y pudiendo difundir el conocimiento a un público más amplio. Además, construyen nuevas relaciones con los públicos como podemos ver a través de las redes sociales, en las que están presentes la gran mayoría de museos que han sabido evolucionar y adaptarse potenciando la participación de las gentes.
Sentar al frente del Ministerio de Cultura a un profesional de gran trayectoria, fue una noticia muy bien acogida. Las medidas que proponen también. Veremos.
Imagen superior: Obra expuesta en la entrada de la Escuela-Museo del Origami de Zaragoza. Fotografía de David Giménez; zaragozaguia.com