El Museo de Zaragoza sigue renovando sus exposiciones temporales de arte extremo oriente y el turno en esta ocasión es para la cerámica. La rica colección de arte de Asia Oriental sigue creciendo, y esta vez con la donación del ceramista japonés Tanzan Kotoge. Y atención, porque La elegancia de la tradición: El legado del ceramista japonés Tanzan Kotoge es su primera exposición individual en el extranjero. Este artista contemporáneo será nombrado próximamente Tesoro Nacional Viviente, máximo reconocimiento en Japón para maestros con conocimientos y técnicas tradicionales que con su labor hacen perdurar el patrimonio cultural inmaterial.
Cerámicas expuestas en La elegancia de la tradición: El legado del ceramista japonés Tanzan Kotoge.
Yukihiro Kotoge (1946) firma sus obras con el sobrenombre de Tanzan, y destaca por la maestría, variedad y elegancia de su obra artística, encuadrada dentro de la cerámica tradicional. Nació en Himeji, ciudad que quizás te suene por el famoso castillo conocido como la Garza Blanca. Ya en el significado de su ciudad natal, montaña, se alude al medio natural tan venerado por el pueblo nipón.
Los elementos de la Naturaleza inspiran el grueso de los motivos ornamentales que se aprecian en la exposición, una selección de casi ochenta cerámicas de Kotoge en su época de madurez. Encontramos motivos estacionales como las distintas hierbas correspondientes a la primavera o al otoño, hojas de árboles como el pino o el bambú, y sobre todo multitud de flores: cerezo, ciruelo, arce, melocotonero, loto, glicinias, lirios, crisantemos, clematis, trichosanthes, ruibarbo de ciénaga… Las flores recogen algunos de los aspectos que representan el carácter japonés por la fragilidad y delicadeza de lo efímero.
Creaciones cerámicas de Tanzan Kotoge expuestas en el Museo de Zaragoza.
El peso de la tradición tiene una gran importancia en Tanzan Kotoge. Su formación y centro de trabajo se ubica en Kioto, donde se localiza uno de los centros de producción cerámica más destacados del país. Allí se empapó de los valores de su maestro, fiel seguidor del movimiento mingei. Esta corriente nació como respuesta a la acelerada industrialización que sufría Japón después de la II Guerra Mundial. Reivindicaba las artesanías populares niponas frente a la producción industrial, y entre las distintas disciplinas artísticas tuvo gran importancia la recuperación de los valores tradicionales de la cerámica.
Por ello, utiliza un horno tradicional de gran raigambre en la ciudad de Kioto llamado noborigama. Se usa en Japón desde el siglo XVII y conlleva un proceso de cocción muy complejo que es imposible de controlar en su totalidad, aportando una dosis de azar en el final del proceso creativo.
Chawan del ceramista Tanzan Kotoge expuesto en La elegancia de la tradición: El legado del ceramista japonés Tanzan Kotoge.
En la muestra encontrarás piezas artesanales creadas siguiendo la herencia centenaria, pero no solo eso. En esta primera parte de la exposición se aprecia la gran diversidad estética de su obra, demostrando el manejo de Tanzan Kotoge en técnicas, estilos y tipos decorativos. Así, encontramos obras en las que ha adaptado incluso estilos foráneos, como es el caso de la porcelana de Delf o de las cerámicas realizadas en Muel. Kanzan, Shonzui, kōchi, kairagi o Ninsei o Iga son algunos de los estilos japoneses que desarrolla, sin embargo la producción central del ceramista se encuadra en la Kyō-yaki, donde la sobria cerámica del tipo Mishima su especialidad.
Esta austeridad pero a su vez elegancia es una pauta estética netamente nipona que caracteriza al aparejo de la ceremonia del té al que corresponden las piezas expuestas. Concretamente la segunda sección de la exposición está dedicada a la ceremonia del té, a la que el ceramista ha dedicado gran parte de su producción.
Entre los elementos correspondientes a esta importantísima ceremonia japonesa, denominados chadōgu, se muestran varios ejemplares de la pieza de más valorada: el chawan. Se trata del cuenco cerámico que usan invitados y anfitrión para beber el té, donde se aprecia la variedad y asimetría en texturas, diseños y formas. Otro recipiente que podemos apreciar es el mizusashi usado para contener el agua necesaria para preparar el té o para limpiar otros objetos empleados en la ceremonia del chadō. Para ilustrar las sucesivas etapas de la ceremonia se disponen varias estampas y un álbum de grabado ukiyo-e.
Estampa expuesta en la muestra La elegancia de la tradición: El legado del ceramista japonés Tanzan Kotoge del Museo de Zaragoza.
También se exponen contenedores de alimentos (kashibachi), de incienso (kōgō), de flores (hanaike) o para beber sake (sakazuki). Cierra la exposición un recorrido genérico por la colección cerámica china y japonesa donada por Federico Torralba Soriano al Gobierno de Aragón y ubicada en el Museo de Zaragoza. En este caso se exponen piezas fechadas entre los siglos IX y XX representando distintos estilos cerámicos en toda su diversidad. Así, podríamos destacar la famosa cerámica japonesa Satsuma, la tipología más conocida en Occidente, o las vitalistas figurillas funerarias de la Dinastía Tang, una de las más importantes de la historia china.
Cerámica Satsuma expuesta en la tercera parte de la exposición La elegancia de la tradición: El legado del ceramista japonés Tanzan Kotoge.
En definitiva, estás ante una oportunidad única para apreciar la imaginación de Tanzan Kotoge a la hora de componer y diseñar, acercarte a la apasionante ceremonia del té y tener una aproximación general a la disciplina cerámica en Asia Extremo Oriental. ¡Qué más se puede pedir!