La carcajada cínica de Yue Minjun

Yue Minjun posando junto a una de sus obras

El artista contemporáneo Yue Minjun (岳敏君) nació en diciembre de 1962 en Daqing (provincia de Heilongjiang, al noroeste de China). Creció en el seno de una familia cuyo sustento era la industria petroquímica, experimentando los turbulentos años de la Revolución Cultural Proletaria (1966-1976) mientras extraía petróleo en alta mar.

Minjun comenzó a dibujar desde los diez años, una temprana edad en la que se vio profundamente impactado por la cultura visual de la época. Analizando su producción artística, podemos ver en muchas de sus obras influencias del arte propagandístico socialista, lo cual remite a los recuerdos del bombardeo de imágenes recibido durante su infancia.

Pronto se mudó junto a su familia a Pekín, donde comenzó a trabajar como electricista, contribuyendo así a la economía familiar. Minjun dibujaba durante sus agotadoras e interminables jornadas de trabajo, la pintura era su vía de escape. Los años 80 fueron muy importantes a nivel tanto personal como artístico. Fue una época de apertura y de grandes cambios sociales.

Lo que comenzó como un hobby que manifestaba desde niño, acabó por convertirlo en graduado por la Hebei Normal University en 1989, fecha que coincide con las protestas de Tiananmén. De hecho, ese mismo año tuvo que abandonar su puesto de trabajo para trasladarse a la colonia de artistas localizada en Yuanmingyuan, el periférico vecindario cercano al Antiguo Palacio Imperial de Verano. En la colonia fue ganándose el reconocimiento de sus compañeros, gracias a los numerosos retratos que realizaba, mediante los cuales comenzó a establecer su característico estilo pictórico: figuras rosáceas y calvas en actitud de carcajada o mueca forzada.

Los últimos coletazos de la década de los 80 apuntaban maneras, en un caldo de cultivo que propició el movimiento del realismo cínico, en el que se enmarca a Minjun, aunque el artista rechace fehacientemente esta etiqueta.

Artistas contemporáneos del realismo cínico influenciaron la obra de Minjun, siendo el caso más notable el de Geng Jiangy (miembro líder del 85 New Wave Movement) y su popular obra Second State (1962), cuatro rostros con sonrisas distorsionadas, que al igual que Minjun, más que diversión, transmiten dolor.

Los artistas del momento reivindicaban el individuo autónomo, en contraposición a los anteriores retratos grupales socialistas. Minjun llevó a cabo dicha expresión del individuo mediante el autorretrato, en ocasiones seriado, con expresiones cargadas de ansiedad.

En algunas de sus obras, todos los individuos miran en la misma dirección, algo propio del arte propagandístico maoísta. La repetición idéntica de su autorretrato habla de la estandarización y la despersonalización en la que se vio sumida la sociedad china bajo el régimen comunista. Las cosas iban mal a nivel colectivo, de nuevo el plural engullendo al singular. Sus rostros se nos presentan como verdaderas máscaras, como si se trataran de actores que escenifican una suerte de comedia humana que se desentiende de la tragedia en la que se ve sumida la sociedad china. En palabras del artista:

Reír es una expresión de dolor. Cuando ya has alcanzado el máximo nivel de dolor que puedes tolerar, lo único que queda es reír.

La obra de Minjun puede leerse desde una semejanza con la serialidad del arte pop (en obras como Pyramid, que recuerda a las cajas brillo de Warhol), o como una constante alusión a la iconografía comunista. La repetición de sus personajes está directamente relacionada con el omnipresente icono de Mao, una imagen que marcó la cultura visual en la que Minjun creció, y de la que se apropia para emplearla en sus multitudes homogéneas. Un ejemplo paradigmático es The Sun (2002), con filas de cabezas rosas mirando al cielo, con el sol, también rosa, suspendido en el cielo. Era recurrente colocar la imagen de Mao envuelta en un sol; y las cabezas de Minjun adoptan las poses que muestran las masas en los posters, pero con los ojos cerrados, esquivando los rayos cegadores del gran astro, con todas sus connotaciones políticas.

El color rosa que caracteriza las figuras es un rojo desgastado y descolorido, haciendo alusión al icónico color rojo del régimen de Mao, ya apagado tras su muerte. Un rojo edulcorado convertido en rosa, un estado capitalista bajo el disfraz comunista.

Tanto la técnica como la estética de Minjun son sencillas, reflejando espontaneidad o irreflexión. Su obra trata de ser lo más simple posible, sin manipulaciones, huyendo de sofisticaciones de ningún tipo. El objetivo es que su obra sea directa y fácilmente perceptible por el receptor, pero al mismo tiempo bella y llamativa, para atraer la atención del mismo de inmediato. Citando al propio artista:

Cuando la gente mire mis obras, espero que no piensen demasiado, porque mi obra no requiere demasiada reflexión.

Maneja tanto el arte pictórico (generalmente pintura acrílica o acuarela), como otros formatos, como la escultura o el grabado, pero siempre manteniendo su risueño y a la vez inquietante leitmotiv.

Podríamos señalar una influencia surrealista en su obra, debido a los pigmentos utilizados, y a escenarios cuasi oníricos, así como las anatomías que muestran sus personajes, con cuerpos retorcidos y expresionistas. Contrasta la fealdad de sus personajes con apacibles paisajes que recuerdan a la obra de Rousseau, como vemos en Free and Leisure (2003)

Minjun se describe a sí mismo como una persona pesimista, sentimiento provocado por la triste desesperación que siente al observar su cultura y la sociedad que la rodea. A menudo se nos muestra con una apariencia similar a su obra, protagonizada por una carcajada. Una carcajada que simboliza tanto la utópica sensación de bienestar que promulgaba la propaganda maoísta, como la sensación individual de reírse ante lo absurdo, ante los acontecimientos que le han tocado vivir.

Minjun se ríe de todo aquello que le rodea, incluyéndonos a nosotros, los espectadores. La risa, algo aparentemente agradable, se torna incómoda y molesta. Establece una relación entre la risa y el laberinto, como forma de expresar un sentimiento de confusión, pérdida y búsqueda interior, tratando de canalizar el dolor. Las figuras de Minjun aluden a la dominación del Estado chino a lo largo de toda su historia, con sus diferentes variaciones sociales y políticas.

También reinterpreta, parodia o resignifica de acuerdo a su contexto cultural, diferentes obras icónicas de la historia del arte occidental. Tal es el caso de Execution (1995), sobre la que no ha llegado a pronunciarse, pero no es necesario ser un estudioso del tema para percatarse de su estrecha relación con la masacre de Tiananmén, remitiéndose a obras como Los fusilamientos del 3 de mayo, de Goya, o La ejecución del Emperador Maximiliano de Manet.

4. EXECUTION

Execution (1995), obra de Minjun que guarda gran similitud con Los fusilamientos del dos de mayo de Goya y La ejecución del Emperador Maximiliano de Manet.

La expansión económica del “gigante asiático” conllevó a una expansión del arte chino, el cual se vio en la situación de mayor libertad creativa, que le permitió romper con la tradición. Este acontecimiento le proyectó hacia un reconocimiento internacional, hasta llegar a afirmar que su obra es más apreciada en Occidente que en su propio país, en el cual en ocasiones sigue resultando tabú en ciertos sectores de la sociedad.

Para comprender su trayectoria, recurramos a los números. Execution (1995) fue en 2007 la obra más cara de un artista chino, vendiéndose en una subasta de Sotheby’s por 2.9 millones de libras. En 2014, la Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo hizo la mayor retrospectiva de un artista chino en Europa, con casi 40 obras.

Minjun sigue trabajando a día de hoy en su estudio, localizado cerca de Pekín, y sigue siendo considerado uno de los artistas más influyentes de su generación, abarcando temas como la amenaza nuclear en Mushroom Cloud (2002).

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Imagen superior:  Yue Minjun posando junto a una de sus obras.


Alberto Lamban, Lucía Pérez y Malena Mañeru

Colaboradores de Revista Kalós