Renato Costa. «La sociedad y el arte, uno respira y el otro exhala»

Blua ombro (2017) RENATO COSTA

Son las siete y media y voy un poco justa de tiempo porque el Serrano cierra a las nueve, pero subo a la cuarta planta en busca de Inkless, último proyecto del artista brasileño Renato Costa (Río de Janeiro, 1974). Entonces escucho una voz, se trata de Víctor del Árbol presentando su última novela, así que me quedo a escucharle un poco, y entonces dice lo siguiente:

[…] Como el enorme mural de Costa de ahí fuera, son imágenes que vemos todos los días en el telediario, pero resulta que ahora, frente a ese inmenso monocromo azul, es cuando nos detenemos y reflexionamos sobre ellas. He ahí la importancia del arte».

Me gusta Renato Costa, me gusta su figurativismo y su técnica, pero sobre todo, me gusta cómo define su obra: «planteo preguntas, creo que mis cuadros son más preguntas que respuestas». Tras formarse en el taller de su padre y artista Manoel Costa, Renato entra en el circuito artístico de su ciudad a la edad de quince años. Y más tarde continúa su formación en Madrid, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense. Desde entonces, su obra pictórica ha seguido un rumbo marcado por la libertad de actuación y la honestidad consigo mismo como artista y como individuo dentro de la sociedad. Se ha caracterizado por un predominio de las emociones en su pintura, con una pincelada gruesa, precisa y libre, siempre utilizando la subjetividad y la metáfora. Y sirviéndose de todo ello, plantea una reflexión en torno a la sociedad, al pasado y a la actualidad.

Inkless es una gran metáfora del agotamiento de nuestra sociedad y de la imperante necesidad de cambio a través del paralelismo con el término, aparentemente vacío, inkless, que vemos en la pantalla cuando la impresora se queda sin tinta. Hemos llegado al límite soportable y, por tanto, algo no funciona y se debe cambiar.

La muestra está conformada por cinco obras diferentes armonizadas, por un lado, por un monocromo e intenso azul “boli bic”, y por otro, por la obra que da nombre a la exposición y que constituye el denominador común a todas ellas. Inkless es una pieza de vídeo en el que una impresora imprime sin cesar un contrato Aparcería Nacional que paulatinamente se hace ilegible conforme se agota la tinta. Una mala praxis lleva a que lo que en un principio parece correcto, derive en un uso inmoral por el abuso del que puede más. Y de igual modo, el que puede menos, tiende a aceptarlo.

Blua ombro es una instalación de óleo y acrílico sobre lienzo de grandes dimensiones, 24 x 4 metros, y conformada por dos niveles, uno inferior donde adivinamos imágenes tomadas de los medios de comunicación, gentes apiñadas, mandatarios y periodistas o asentamientos. Y uno superior, con lugares sin rastro humano que contrastan con los anteriores por el vacío y el silencio que transmiten, pero unificados bajo el color azul que les da una fuerza digna de ver.

Las otras tres obras de Renato Costa, Uno y tres cuadros, Esto no es una pintura… lo digo yo y Performa, pintura, fotografía y vídeo en continuo diálogo, completan la muestra, que se puede ver hasta el 14 de enero en la cuarta planta del IAACC Pablo Serrano.

Me quedo con una reflexión del propio Costa “la sociedad y el arte, de cierta forma deberían ser como la respiración, uno respira y el otro exhala”.

 

Imagen superior: Blua ombro (2017).

 

Julia Tramullas Buisán

Redactora de la Revista Kalós